Malos invitados, la inmediatez y el elefante

Ramón nos pidió que actualicemos su blog, pero la verdad somos un desastre, bah, por lo menos yo, pasa que tuve un quilombo, una noche de cerveza con happy hour -difícil resistir- y otros problemillas. En fin... me parece oportuno, ya que somos periodistas, resaltar en estas breves líneas un aspecto vinculados a la profesión. Seré lacónico porque tengo que irme a una cena, sino mi novia me mata. El tema es: la inmediatez en la web.

Cuando unos trabaja en una punto.com se plantea el dilema (se llama así pues no tiene, ni tendrá solución) de qué es más importante: hacerlo rápido o hacerlo mejor. Sin embargo, ese asunto a veces choca con la sobresaturación de información que circula en la web. Entonces vos tenés una buena nota, laburada, que nadie tiene, con testimonios jugosos, que tenés que tirar ¡YA! (sí, ¡YA!, a los flogger, con mayúsculas), porque sino pierde vigencia, pero un editor te dice: "No, tenemos mucho". ¿Tenemos mucho? En realidad, cuento y me alcanzan los dedos de ambas manos para contar lo que hay. Ergo: la web, muchas veces, es indescifrable, más allá del dilema existencia que ni siquiera se responde cuando tenés "mejor, pero hay que tirarlo rápido".

Después uno se da cuenta de que la inmediatez es lo que el lector demanda. Aunque, considero necesario generar un mix entre ambos contenidos, la actualidad te come, más cuando no tenés espacio o lo tenés desaprovechado. Es todo un tema. De eso, la arquitectura necesaria para que el ahora no te chupe un sitio, se hablará en otra oportunidad, si es que Ramón me invita de nuevo a escribir. La tiene difícil, porque esta es al última foto que me mandó desde Sudáfrica, antes de irse a montar en elefante.

Adio!