lunes, 5 de octubre de 2009

Un año de aprendizaje

No me había dado cuenta, pero el pasado jueves 1 de octubre cumplí un año en Perfil.com. Desde que llegué acá me siento muy bien. Hice algunas notas que me encantaron, otras que no tanto y otras en las que me di cuenta lo muchísimo que tengo que aprender para se un buen periodista (esta fue mi primera nota).

Lo que quiero destacar sobre todo es el gran ambiente de trabajo que hay entre redactores. No voy a ser hipócrita y decir que nos llevamos bien entre todos, pero la mayoría de mis compañeros de trabajo son buenísimas personas. Preguntando por ahí me dijeron que no es habitual encontrar eso en redacciones.

Muchos de esos compañeros con los que comparto horario se convirtieron en grandes amigos que espero seguir viendo cuando alguno cambie de rumbo. Un año en esta profesión (trabajé en otras redacciones, pero nunca en una editorial con alcance nacional) me hizo dar cuenta de que hacer periodismo no es color de rosas; de que no hay blancos y negros; que se ponen en juego intereses todo el tiempo; que los valores éticos tienen que ser primordiales, que los políticos te alaban cuando la noticia es buena y que te bastardean cuando es mala; que hay periodistas excelentes, otros muy buenos y otros que venden humo.

Hay algunos que tienen tal soberbia que nunca podrán salir de la mediocridad, otros que a pesar de tener varios años en esto te escuchan y les interesa ayudarte, otros que les importa un carajo si la nota es buena o mala y otros que simplemente están.

Hubo y hay redactores (que obvio no voy a nombrar) con años de oficio que me ayudaron a dar los primeros pasos, que me mejoraron la redacción, que me criticaron los artículos para darle una vuelta de tuerca, que me cagaron a pedos por errores infantiles que cometí, etc...

Fue un año increíble para mí. Por suerte todos los días, cuando suena el despertador 5.45 AM, si bien quiero seguir durmiendo, voy con ganas a ese piso 8º. Porque sé que ahí tengo que seguir aprendiendo.

2 comentarios: