Así se llama el suplemento especial que sacó la revista de la cultura canábica, THC, para hablar de la despenalización de la marihuana y sobre todo contar el caso de William Vargas, el chico de Mendoza torturado por la policía en la cárcel. Lo habían detenido por tener unas plantas en su casa y 20 gramos encima. La crónica de la tapa la hizo mi amiga y gran periodista Jimena Rosli y comienza así:
“Voy a tirar esas semillitas acá” dijo Osvaldo Vargas antes de tirarlas en la tierra y esparcirlas en un costado del jardín de su casa, debajo de una palmera. “No te va a nacer nada ahí” le contestó su madre, Susana González, al chico de 25 años”, “es un pasto duro”.
Osvaldo murió en el mes de agosto de 2009. Lo asesinaron en un enfrentamiento de balas con un grupito de su barrio. Vivía con su familia en Colonia Bombal, una zona humilde de Maipú, Mendoza. Hasta su muerte la familia estaba compuesta por cinco hijos varones y una mujer. El tiempo pasó y la naturaleza no se detuvo. Las plantitas de marihuana crecieron y comenzaron a dar sus frutos. Susana miraba las hojas e imaginaba que eran plantas de tomate. “Van a crecer todos amontonados” pensó preocupada. William, su hermano de 19 años, se encargó de cuidarlas. Las regaba, vigilaba y controlaba su crecimiento.
Una pelea chiva. Un mes después, William fue detenido. Un vecino de enfrente lo denunció por ratero: lo acusaba de haberse robado unos alambres del cerco y unas tenazas. No era la primera vez que tenía problema con los vecinos del barrio: les echaba la culpa de las cosas que desaparecían en su hogar. La policía mendocina realizó un allanamiento en su casa. Las herramientas jamás las encontraron. Cuando fueron al fondo, se toparon con las pequeñas. Las arrancaron de cuajo a todas y se las llevaron. Con ellas, a William, su cuidador, que tenía encima 20 gramos de marihuana.
El resto de la nota en el suple. Comprenlonnnnnn.
viernes, 25 de febrero de 2011
Despenalización o muerte
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