'No importa cómo, dónde, ni por qué, pero apurate' pareciera ser un mantra argentino que comparten los medios de comunicación, en especial los portales de noticias online. Todo es rápido, todo es urgente. Hay que ganarle a los otros quichicientos mil sitios de noticias. Si no, no sirve. No importa si no hay nada para decir, hay que decirlo primero.
Esta adicción pistera por la velocidad quedo en evidencia en los últimos dos días: Varios medios dieron por muerto al ex presidente Carlos Saúl Menem, y otros tantos publicaron las necrológicas que tenían preparadas para Roberto Sánchez, más conocido como Sandro.
Lo primero es una epidemia que afecta cada vez más al periodismo, y no sólo al digital: Cada vez se chequean menos datos, cada vez se levanta menos el teléfono, cada vez importa menos la veracidad de la noticia. Ningún medio está libre de cometer este pecado. El dueño de este blog lo vivió en carne propia cuando
llamó a Rosendo Fraga porque varios medios daban por muerta a su tía. O cuando dos diarios denunciaron a un funcionario del Gobierno y su secretaria le dio las gracias. "Sos el primero que llama para preguntar", le dijo.
El caso de la necrológica de Sandro es distinto. Pregunten en cualquier medio que se precie de serlo y en este momento tendrán preparadas las biografías de Menem, Ernesto Sábato, China Zorrilla, Jorge Rafael Videla, y tantos otros que están más cerca del arpa que de la guitarra.
Clarín, el nefasto QuétepasaClarín, tiene un empleado que cometió un error y publicó esa necrológica en su edición online. Le puede pasar a cualquiera.
Le pasó también a El Argentino, pero tuvo menos repercusión.
Crítica de la Argentina decidió transformar el traspié de
Clarín en nota, aunque no había ninguna noticia.
Crítica seguro también preparó su necrológica y el hecho de que alguien en otro diario cometiera un error no le da ninguna superioridad moral ni periodística.
¿De qué sirve llegar primero? ¿A quién le cambia la vida enterarse de una noticia cinco minutos antes? ¿Hacia dónde corremos tan rápido? La mayoría de las noticias no le sirve de nada a la mayoría de los lectores. Mucho menos cuando gran parte de la información proviene de las agencias, de la radio y de la TV, para luego ser reproducida en el resto de los medios con segundos de diferencia. Los casos donde la inmediatez es fundamental son contados: un ejemplo son las cotizaciones financieras y bursátiles, y quienes necesitan esos datos no se informan precisamente con Minutouno o Infobae.
Los medios online no deben competir con la radio y la TV, que tienen la velocidad de la palabra oral. Sólo pueden ganar en casos excepcionales como el
avión que cayó al Río Hudson. Pero ese no es su juego. El fuerte de los medios online está a mitad de camino entre la inmediatez de las noticias de la radio y el análisis en profundidad de los diarios. Los sitios deben publicar la noticia ni bien se chequea, ampliarla a medida que llega más información, y editorializar cuando se tienen todos los datos. Esa es la única clave para atraer lectores y mantenerlos (informados). Para llegar primero, está Usaín Bolt.
*El autor de este post
trabaja en Perfil.com, escribe para el blog colectivo
Artepolítica y mantiene abandonada su bitácora
La Ruta Láctea.
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